Según la leyenda el atrapasueños lo hizo la madre de Nuvola Fresca, que vivía en una tribu Cheyan mucho antes de la llegada del hombre blanco. La pequeña dijo a la madre haber soñado con un pájaro durante la noche y que éste se le acercaba intentando besarla y se iba solo a la llegada de su madre. Entonces la mamá explicó que en los sueños, a veces se ven sombras pero que con la llegada del día desaparecen. La pequeña respondió que no quería saber nada de los sueños con sombras, porque la asustaban, y su madre entonces inventó una red, que en lo largo de la noche pudiese pescar de la niña solo sueños buenos y útiles para su crecimiento espiritual, dejando ir a los sueños malos. Desde entonces en la tribu nativa el atrapasueño se pone encima de la propia cama o todavía con más frecuencia sobre la cama del recién nacido, siendo un instrumento de protección y de los influjos negativos, ya que en el transcurso de la noche quedan enredados en la red, para después irse con la luz del sol, o vienen cargados de las plumas del águila que a veces decoran el atrapasueños, porque se lo llevan con ellos. Los pensamientos y los sueños positivos que las otras personas hacen sobre el nuestro, cuentan entran en el vacío central y gotean sobre nuestra cabeza durante el sueño, ayudando a guiarnos en nuestra vida.